Inmolación
La calle es transitada por cientos de cuerpos mudos, ciegos y sordos... En medio de ella los carros se mueven rítmicamente al compás de los semáforos... Camino hasta la catedral metropolitana y me siento afuera, frente a ella... Quizás tenga que protegerme de que me lo impidan, crearé círculos de fuego a mi alrededor... ¡No! Ya no quiero más barreras... El mundo necesita luz, necesita despertar... Dios me ha dejado, ya no siento su fuerza de mi lado, las sombras me invaden, el miedo, el rechazo de esta maldita sociedad utópica en busca de la perfección, alejada de su objetiva, podrida en su imperfección... Necesito purificarme. Quiero desaparecer, no dejar un sólo rastro de mi... Coloco ahora todas mis pertenencias, fotos, pinturas, libros, películas, tacones y mis yapa-malas, mis perfumes... Todo arderá para que se borren los recuerdos de mi... Venga ya la lluvia de combustible, venga el mezcal y la marihuana para mi viaje iniciar... Venga el cerillo con su llama viva y vivificadora, es tiempo de arder... Ciegos, vean ahora... Sordos, destapen sus oídos y escuchen mi voz... Mudos, hablen ya... Oh Creador mío, te entrego mi vida, vuelve libre y acrisolada a Ti... Adiós mundo destructor, adiós amigos ausentes, adiós amores traidores, adiós familia, carne de mi carne, sangre de mi sangre... Abrazo con fuerza el tanque de combustible, no debe de quedar ni cenizas de mi... Soy nada y a la nada vuelvo.
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