Desierto
Camino sobre tu piel árida, busco el agua que reavive esta sed de sangre, de beber todo su cuerpo y orinar líneas color púrpura sobre el manto estelar... Este fuego eterno me arde en la piel, ¡Calma mi ansiedad, oh niño maldito de Sodoma! Deja ya de jugar con mi fiebre, mi sudor escurre sobre tus labios, deja vertir mi néctar sobre tu linda cara de ángel maldito, juega entonces con tu lengua sobre mi dedo y espera que venga lo inveitable. Ya está por caer la noche y con ella el final de mis días, vienen días menos aciagos para mi, vienen días de cosquillas y rondas sin fin, el eterno retorno al limbo, a ser anónimo y único de Ti, ven dulce demonio de mi lujuria, entra con rabia en mi cuerpo y debórame por dentro, come mis vértebras y derrama mi sangre hirviente sobre tu piel, seamos uno solo, deja tu miel sobre mis labios y déjame volver a lamerla como cada noche, escondidos de las luces, cubiertos por las tinieblas, inhalando el éter de tu aliento... Perdámonos en el desierto, donde hay dunas inmensas de hadas blancas, donde vuelan las hadas verdes y no hay límites... Te llamo y te invoco desde las llamas ardientes de la tierra de Satán ¿Acaso puedes poseerme de nuevo? Quiero entrar en tus carnes blandas y blancas, quiero comerte en pedazos, tener poluciones brillantes sobre tu cara de ángel... Huyamos a ese desierto donde el ardor se torna un orgasmo a cada roce del sol de tu amor en mi pecho... ¡Oh dulce fresilla carmesí! ¡Oh hedonismo hecho dios! ¡Dulce predilecto de mi perdición!
1 comentarios:
Te amo tanto. Eres lo mejor que he conocido. Nunca te olvidaré, mi Baltazar!
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