Santo Evangelio de Sodoma
Se encontraba Jesús caminando sobre las ruinas de la antigua Sodoma, miraba con tristeza la desolación del lugar cuando sintió de pronto sueño y se apartó a descansar debajo de una higuera, el aire se sentía caliente, sofocante, tanto que el sopor lo venció y quedó profundamente dormido. Más tarde Jesús caminó hasta llegar a una ciudad cercana, ahí los sumos sacerdotes y el pueblo enardecido iban a lapidar a un joven. Jesús miró en silencio mientras lo llevaban a las afueras de la ciudad, caminó sigiloso siguiendo a la muchedumbre, se metió entre ellos y pudo ponerse entre el joven y la multitud que lo miraba desconcertada. Abrazó al joven y lo puso detrás de él, luego dirijiéndose a los sumos sacerdotes les preguntó:
-¿De qué acusan a este muchacho?
-Cometió el abominable pecado de Sodoma, lo encontramos junto con otro besándose en la casa de sus padres, la ley de Moisés nos ordena matarlos a pedradas.
Jesús mirándolos con bondad levantó sus manos al cielo y oró en voz alta:
-Gracias Abbá Yahvé por tu inmenso amor a los hombres, gracias por darnos la capacidad de amarnos los unos a los otros como Tú nos amas. Muéstrales a estos hijos tuyos cuánto les amas y cuánto les has perdonado.
Luego mirando a los sumos sacerdotes y al pueblo les dijo:
-Por amor mi Padre nos dio la vida, por amor mi Padre nos mantiene en este mundo, por amor mi Padre nos perdona nuestros pecados... Mi Padre es Amor y ustedes están condenando el amor... La ley de Moisés no es la ley de mi Padre. Si alguno de ustedes no ha amado nunca en su vida o ha sentido el amor... Arroje la primera piedra.
Uno a uno de los presentes fueron dejando caer sus piedras al suelo y se comenzaron a retirar sin palabras, Jesús entonces volviendo hacia el muchacho lo abrazó nuevamente y le dijo:
-"Hijo, mi Padre no te condena, yo tampoco lo hago... ¿Dónde están tus acusadores? Ve y proclama la grandeza de mi Padre Yahvé, ve y predica el inmenso amor que tiene para todos, no temas. El amar no es ningún pecado."
-¿De qué acusan a este muchacho?
-Cometió el abominable pecado de Sodoma, lo encontramos junto con otro besándose en la casa de sus padres, la ley de Moisés nos ordena matarlos a pedradas.
Jesús mirándolos con bondad levantó sus manos al cielo y oró en voz alta:
-Gracias Abbá Yahvé por tu inmenso amor a los hombres, gracias por darnos la capacidad de amarnos los unos a los otros como Tú nos amas. Muéstrales a estos hijos tuyos cuánto les amas y cuánto les has perdonado.
Luego mirando a los sumos sacerdotes y al pueblo les dijo:
-Por amor mi Padre nos dio la vida, por amor mi Padre nos mantiene en este mundo, por amor mi Padre nos perdona nuestros pecados... Mi Padre es Amor y ustedes están condenando el amor... La ley de Moisés no es la ley de mi Padre. Si alguno de ustedes no ha amado nunca en su vida o ha sentido el amor... Arroje la primera piedra.
Uno a uno de los presentes fueron dejando caer sus piedras al suelo y se comenzaron a retirar sin palabras, Jesús entonces volviendo hacia el muchacho lo abrazó nuevamente y le dijo: