Llorando a solas
La lluvia moja mi cuerpo desnudo, estoy sentado junto al vacío, bebo mis lágrimas que se funden sublimemente con las gotas de lluvia que azotan mi cara. La noche se acerca trémula, taciturna y cubre mi desnudez con su abrigo de terciopelo negro, casi en silencio escucho una canción cargada de agonía, de soledad, de amargura... Mis lágrimas siguen rodando por mi cara, llegan hasta la punta de mis pies y se pierden entre el lodo que me rodea... No siento el frío, ni siquiera el aliento tibio que sale en cada suspiro de mi. No hay llanto más amargo que el que se llora a solas... Ideas delirantes bombardean mis neuronas, mi llanto se transforma en cólera hacia el mundo y nuevamente en tristeza y de pronto en una rabia que hace hervir mi sangre y finalmente en un dulce letargo que me comienza a hundir en el sopor eterno.
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