domingo, 13 de julio de 2008

Psicometamorfosis


Y entonces el frío llenó de niebla mis células, mi carne se tornó putrefacta ante los ojos de los hombres, mi silencio laceraba cada imagen pretérita, todo ahora es inverosímil, la sombra de la soledad cubre lentamente un pasado tan negro como la noche... Heme aquí, desnudo y con la vida pendiente del futuro antagónico de mis sentimientos. He muerto, los gusanos tragan mis letras, mi voz se eleva hacia un infierno etéreo y ominoso. ¿Dónde están los que me aman? ¿Dónde está dios y su gloria? No hay peor castigo que el olvido, no hay peor tormento que amar sin ser amado, no hay paz que dure una eternidad, no hay amor, no hay nada... Estoy hundido entre mi delirante soledad, la maldición lanzada contra los hijos de Sodoma... Mi ciudad está en ruinas, soy un alma en medio del frío mortal del olvido, un frío que carcome cada ápice de mi vida. He vivido una temporada en el infierno y he conocido el mundo y con ésto me doy cuenta de que el mundo es el peor castigo para quien coexiste con los seres mandrilezcos que lo habitan, la crápula humana, el némesis de la cordura. El mundo es la eterna mansión de la risa, la casa de la discordancia, la prisión de aves nocturnas que deambulan en mi mente y desean convertirme en mariposa para volar hacia la reencarnación de mi pasado. He muerto, he muerto, no existe la resurección, estoy condenado a vivir atado a las cadenas de un amor imposible... Déjenme escapar porque me estoy convirtiendo en un ser humano y sólo soy un ave nocturna es busca del dulce líquido nocturno.

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