viernes, 18 de diciembre de 2009

Diciembre


Cae la tarde mientras recorro una ciudad desierta, llena de animales metálicos y voces esquizofrénicas que me bombardean... El destino final está al final de la galaxia, en el extremo izquierdo de una estrella en donde está él. Cruzo mi mirada entre su universo y presiento se acerca una explosión sideral, láctea y lúbrica. Flotamos entre el polvo espacial y llegamos a su planeta, percibo una atmósfera alcohólica, lasciva y cargada de subliminalidad, él se recuesta sobre una nube y yo lo miro mientras una rara sinfonía se oye, luego intento perderme en su piel, sabiendo que vendrá para mi una resaca eterna, una ansia de estar siempre en su piel, en sus labios, en su pelo alborotado... Nos fusionamos y empieza esa explosión sideral hasta que el fin nos parece dislumbrar, la vía láctea, el placer, la incertidumbre de volvernos a ver. He recorrido el universo entero y al fin lo encontré.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio